Mucho se habla en los medios especializados sobre la rentabilidad de un inmueble. Particularmente, si en el mercado que toca es buena o mala la rentabilidad. Si conviene comprar un departamento para ponerlo en alquiler y obtener así una renta inmobiliaria. O, si en su defecto, es mejor negocio una inversión financiera. Veamos…
En la actualidad se estima que la rentabilidad de un activo inmobiliario se encuentra entre un 3% y un 5% sobre el valor del inmueble, según se trate de un departamento, una casa, una oficina o un local comercial y también dependiendo de la ubicación de la propiedad. Se verifica en Ciudad de Buenos Aires que los barrios de mayor poder adquisitivo (Recoleta, Barrio Norte, Palermo, Puerto Madero, Belgrano) otorgan, paradójicamente, menor renta porcentual que los barrios de menor poder adquisitivo. Esto tiene que ver con el riesgo de la locación y con el valor del inmueble. En economía, a menor riesgo, menor renta, y a mayor riesgo, consecuentemente, mayor renta. Los barrios de mayor poder adquisitivo presentan menores riesgos de mora en el pago de las locaciones. Por otra parte, el valor locativo no es perfectamente lineal con respecto al valor del inmueble (por un departamento dos ambientes de U$S 150.000 no se percibe exactamente el doble que para uno de U$S 75.000).
La mayor renta porcentual la otorgan las unidades de dos ambientes, seguida de las de un ambiente, es por este motivo que los inversores muchas veces se acercan a las inmobiliarias solicitando comprar este tipo de inmuebles. Muestra de esto es que la oferta de departamentos usados de uno y dos ambientes representa casi un 70% sobre el total de la oferta de inmuebles en alquiler.
Hay otro factor determinante a la hora de decidir invertir en la compra de un departamento, oficina o local comercial. Y es que, a la renta que puede obtenerse de un inmueble se le suma la revalorización que a lo largo de los años han demostrado lograr los bienes raíces. En cualquier largo plazo que uno considere, el valor del inmueble siempre fue en ascenso.
Por renta a obtener, por refugio de valor, y por su bajo riesgo, el ladrillo ha sido históricamente la inversión preferida de los argentinos.
